CUADERNOS 17

La transición energética y la Cumbre del Clima de París.

El estudio del clima del pasado en nuestro planeta, mediante técnicas que permitenreconstruirlo durante al menos el último medio millón de años, concluye en la existencia de una fuerte correlación entre el contenido de los gases de efecto invernadero (GEI), principalmente el dióxido de carbono, CO2, presentes en la atmósfera, y la temperatura media de la superficie terrestre. El mecanismo físico

responsable de esa correlación es el llamado efecto invernadero: en ausencia de atmósfera, la energía recibida del Sol en forma de radiación visible es disipada al espacio, una vez degradada al intervenir en los procesos físico-químicos y biológicos terrestres, en forma de radiación infrarroja.

El equilibrio se produce a una temperatura que es función de la energía recibida. Si en la atmósfera hay ciertos gases, como el CO2, el metano o el vapor de agua, transparentes a la luz visible, pero opacos a la infrarroja, la disipación de la energía se ve dificultada y la temperatura de equilibrio se eleva. Estos gases existen de forma natural y su contenido en la atmósfera determina la temperatura de la superficie del planeta. Ahora bien, desde hace algo más de un siglo, y de forma muy significativa en las últimas décadas, hay un nuevo factor que altera estos equilibrios, a saber, el dióxido de carbono emitido como consecuencia de utilizar de forma masiva como fuente de energía los combustibles fósiles presentes en la corteza terrestre: carbón, petróleo y gas natural.

Existe una emisión antropogénica de CO2 que, dado su tiempo de residencia en la atmósfera, cifrado en siglos, se acumula de forma continua y genera un aumento, esta vez debido a la actividad humana, del efecto invernadero antes descrito. Los datos al respecto son concluyentes: en la historia geológica de los últimos quinientos mil años, el contenido de CO2 en la atmósfera ha oscilado entre las 200 ppm (partes por millón en volumen) y las 300 ppm, mientras que actualmente esa cifra se encuentra en las 400 ppm. Por otra parte, la temperatura media del planeta ha aumentado en más de 1ºC aproximadamente desde la era preindustrial.

Conviene señalar que ambos fenómenos, contenido de CO2 y temperatura, han variado en un periodo de tiempo extremadamente corto en términos geológicos.

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