POSICIONES 57

Las economías europea y española ante un nuevo escenario geopolítico

La decisión del presidente de Estados Unidos Donald Trump de iniciar unilateralmente una nueva etapa en las relaciones comerciales internacionales con el sistema arancelario aprobado el pasado 2 de abril, significará, si se consolida, el fin de la segunda globalización, tal como se conocía hasta ahora.

En realidad, la globalización ya venía atravesando una etapa de dificultades desde hace unos años, tal vez porque es un sistema que necesita un mundo unipolar, donde la economía sea la única prioridad y la paz política esté garantizada por el predominio de una potencia sin rivales de su altura. En un mundo multipolar, o en uno bipolar como el actual, la competición o disputa latente entre los principales protagonistas pone a la política, las alianzas y las consideraciones de seguridad, por encima de la propia economía.

Es el trasfondo de la decisión de Trump. Si este diagnóstico es correcto, significa que hay un arraigado deseo de cambio profundo en el sistema de relaciones internacionales por parte de la Administración norteamericana, de modo que el conflicto comercial no se solucionará fácilmente sin modificaciones sustanciales de las reglas de juego.